Como bien sabemos la sidra es la bebida más popular de todo Asturias, parte esencial de la cultura del principado y de toda España, vamos a descubrir un poco más de los origines de esta deliciosa bebida y alguna que otra curiosidad.
La Sidra Asturiana es una sidra que tiene Denominación de Origen Protegida, por eso en muchas de las botellas verás las siglas DOP, que hace referencia a esta distinción otorgada por la Unión Europea.
El origen de la Sidra
Aunque es complicado determinar la fecha exacta en la que se empezó a beber sidra, y por ende, establecer ahí su origen, si es posible asegurar su consumo antes de la conquista romana.
Para hacernos una idea de su origen hay que remarcar que el mosto de manzana se ubica en la antigüedad prehistórica, por lo que la sidra tiene que ser posterior por el hecho que la manzana de aquella época no contenía el suficiente azúcar para que el mosto se utilizase en la creación de bebidas fermentadas.
La mayor parte de historiadores concuerdan que la sidra era conocida entre la población griega, helena y egipcia, aunque no hay documentos exactos que puedan aportar pruebas a esta hipótesis.
Lo que sí queda claro es que la sidra era una bebida muy famosa en la alta Edad Media, allá por los siglos VIII y IX, y en esta época sí que hay escritos que así lo demuestran.
Por ejemplo, en el acta del monasterio de San Vicente en 784 dc, cuando se fundó en el acta se nombran los pomares, los campos de manzanas que formaban parte del monasterio y desde los que se recolectaba la fruta para elaborar la sidra.
También nos encontramos con el testamento redactado en 863 dc por el obispo de Braga, en el que se donan los campos de pomares tras su muerte.
Una heredera de la villa de Pando, conocida como Nonnida ordena en 950 donar la villa por carne, granos, mantas y sidra.
Algunas curiosidades
El origen del término “sidra” también tiene su aquel.
En la época visigótica existía una bebida popularmente conocida como “sicer” que podría acercarse a una versión arcaica de la sidra.
El término “sidra” aparece pro primera vez en la literatura del am ano de Gonzalo de Berceo en su obra «Vida de Santo Domingo de Silos” del siglo XIII.
Si bien es cierto, lo más probable es que el escritor se refiriera en su obra a una bebida parecida a la sidra.
Aunque a decir verdad, a partir del Siglo XVII y sobre todo en el siguiente siglo, ya está probado en diversos documentos que la sidra era una bebida muy consumida en la región.
Como curiosidad, desde la baja edad media, en los siglos XII y XIII, fue cuando se empezó a explotar las plantaciones de manzanos, convirtiéndose en la mayor riqueza arborícola del principado de Asturias.
Durante los siglos posteriores, se siguió fomentando esta práctica agrícola dado sus beneficios, llenándose gran parte de la región de Asturias de extensas pomaradas.
La consiguiente subida del precio de la bebida también favoreció la expansión de los manzanos en la región.
Este crecimiento contó con el apoyo de la recién creada Sociedad de Amigos del País de Asturias que se dedicó en cuerpo y alma a fomentar entre los campesinos nuevos y prometedores métodos de cultivos de los manzanos, para la posterior elaboración de la sidra.
Cuando llego el siglo XIX las plantaciones de manzanos se empezaron a dedicar para fabricar otras bebidas fermentadas, como es el caso del coñac o la sidra achampanada.
No obstante, la sidra asturiana ya era una bebida tremendamente popular y consumida no solo en la región asturiana, sino en todo el territorio nacional.
Aunque fue en el siglo XX cuando se consolidó como una bebida tremendamente consumida en todo el país e incluso comenzó su exportación a otras regiones europeas.
Y para acompañar la sidra asturiana, ¿Qué mejor que hacerlo con alguno de los platos más populares de la región?
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